
La crisis, que preocupa a los socios europeos de Estados Unidos, radica en la decisión de su presidente, Donald Trump, de retirar al país del acuerdo nuclear de 2015 entre Irán y las mayores potencias e imponer sanciones unilaterales a la República Islámica.
El líder supremo iraní, Ali Jamenei, advirtió el martes que Teherán podría fácilmente volver a enriquecer uranio a niveles necesarios para fabricar armas nucleares, aunque descartó una guerra y dijo que la disputa con Estados Unidos es más bien una cuestión de temple.
El secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, también buscó distender la situación al subrayar que su país no quiere una guerra con Irán, luego de que el Reino Unido advirtiera esta semana del peligro de un conflicto por “accidente” en Medio Oriente.